29/10/2019

¿Es posible entrenar teniendo cáncer?

Muchas de las preguntas que hacen nuestros Bifitters es cómo llevar a cabo su proceso de entrenamiento teniendo algún tipo de lesión o patología, muy común es escuchar problemas de espalda, tensión alta, problemas de rodilla e incluso enfermedades como el cáncer. 

Entrenamiento con patología

Cuando hablamos de cáncer pensamos en una condición terminal, y que probablemente limitará muchas de nuestras funciones.  Tener cáncer no significa el fin de nuestra vida, y frente a los hábitos saludables significa un proceso en el que se puede seguir siempre y cuando se adapte nuestro estilo de vida a la enfermedad. Para entender a qué nos referimos, cáncer es el crecimiento de tejido nuevo resultante de una continua y rápida producción de células anormales que invaden y destruyen tejidos específicos, no es una enfermedad individual, incluye un largo número de enfermedades que son clasificadas de acuerdo al tejido y tipo de célula en donde un nuevo crecimiento ocurre, están tipificados así:

Mujer con dolor de estomago

Carcinomas que representan el 85%, Sarcomas el 6% y leucemia, linfomas el 5%. El tratamiento para el cáncer incluye cirugía, radioterapia y quimioterapia.  Cada tratamiento contiene unas particularidades que son aplicadas según el tipo de paciente y su sintomatología.  

Lo que si genera el cáncer y aún no se conoce la causa real es FATIGA,  “La fatiga se caracteriza por la inhabilidad para realizar tareas físicas a un nivel (ritmo) acostumbrado o de fuerza y por una disminución del proceso de pensamiento que puede involucrar fallas de la memoria”. 

Atendiendo a lo anterior el ejercicio físico puede ser una herramienta que ayude a los pacientes con cáncer en la superación de la sensación de fatiga, está claramente estudiado los beneficios del ejercicio en la prevención de enfermedades, pero ¿qué pasa con los pacientes de cáncer?

Numerosos estudios  han sugerido que el ejercicio, desde intensidades suaves a moderadas, tiene muchos beneficios para personas con cáncer. Algunos de estos beneficios incluyen: incrementos en la función cardiovascular, pulmonar y muscular ( a raíz de un incremento en el consumo de oxígeno), volumen de eyección cardiaca, volumen minuto cardiaco, vascularización muscular, circulación linfática, ritmo metabólico, tono muscular, fuerza, coordinación y balance. 

Fuerza, coordinación.

El ejercicio parece influenciar las defensas huéspedes contra infecciones virales y cancerígenas. El ejercicio también provoca una liberación de varias citocinas involucradas en la resistencia contra tumores, lo cual también puede influenciar la actividad de las células citotóxicas. 

Más aún, el stress influye en la resistencia al crecimiento de tumores y algunas hormonas de stress liberadas durante el ejercicio, como las cortico esteroides o catecolaminas, pueden modular la habilidad de las células inmunes para exterminar a las células tumorales.  Por lo tanto, puede ser postulado que el ejercicio puede influenciar las defensas huéspedes contra el crecimiento tumoral, vía directa o indirecta, modulando la actividad de las células citotóxicas.